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Un poco de historia de Jerez.

Vista general de Jerez. Imp. litografía

Se ha discutido mucho sobre cuál sea el verdadero origen de Jerez:

En su dilatada campiña existen diversas ruinas de viejas poblaciones, sobresaliendo entre todas por su importancia las de Mesas de Asta, asiento de la antigua Astia Regia, y que se han señalado como asiento posible de la misteriosa Tartessos.

Otros historiadores estiman que Jerez fue primitivamente una colonia fenicia a la que éstos denominaron Xera, que consquistada por los romanos, mudó su nombre por el de Serit o Ceret, nombre con el que se acuñó incluso moneda y que, al transcurrir el tiempo se fue cambiando por el de Seritium o Xeritium de los latinos y los godos, el Sheres, Xerez Xereto y Xerez Sadunia árabe, hasta llegar pasando por los de Xerez Sidonis, al actual Jerez de la Frontera.

Durante la época romana, la importancia de Jerez se atestigua por los hallazgos de construcciones de estos tiempos de las que muchos se conservan en el Museo Arqueológico.

Moneda de Ceret o Cerit. Bronce.
Hispano-romana. Primera mitad siglo I a.C.
En tiempos de los visigodos no suena su nombre hasta que en sus proximidades -batalla del Guadalete, 711 de J.C.-es destruido el ejército de D. Rodrigo y se inicia la dominación musulmana, cayendo en poder de Tarik. Acentuándose entonces la importancia de Jerez durante el Emirato y adquiriendo principal valor ya en el Califato, por realizar los normandos por esta parte peligrosas incursiones.

Ilustración de las Cántigas de Alfonso X
representando las murallas jerezanas
Los monarcas castellanos intentan su conquista enviando importantes ejércitos que van apoderándose del valle del Guadalquivir y es Fernando III, El Santo, quien obtiene una señalada victoria así como Alfonso X, El Sabio, logra en 1255 apoderarse de Jerez por primera vez, más los musulmanes vuelven nuevamente a conquistarla pese a la defensa heroica que de su Alcázar hicieron el alcaide Garci Gómez Carrillo y el alférez Fortún de Torres. Así las cosas, Alfonso X decide su reconquista, apoderándose de ella en 1264, el 9 de octubre, día de San Dionisio, Patrono por esta razón de la ciudad, por lo que todos los años al llegar esta fecha se celebra una procesión en la que es trasladado solemnemente el Pendón de la Ciudad desde la iglesia Colegial, donde se conserva depositado, a la del Santo Patrono, y regresando nuevamente.


Por su posición frontera de la morisma - de aquí su nombre-, su vida hubo de estar sujeta a las continuas acechanzas del enemigo  por ello el rey Alfonso, su conquistador, le dio por escudo:
"las ondas del mar
cercadas de castillos de oro en campo rojo
 y leones rojos en campo de plata
en señal de la constancia, fortaleza
y continuo movimiento y trabajo
con que la defendieron sus hijos y moradores".
 
Escudo de Jerez
Por lo azaroso de su vida fue también premiada con numerosos privilegios, concediéndole el rey Enrique IV el título de:
"Muy Noble y Muy Leal".
 Con la llegada de los árabes se establecen en Jerez los judíos, conviviendo con éstos primeramente y después con la gente cristiana, destinándoles el Sabio Rey un barrio que desde entonces es conocido por la Judería. En total, por aquellos tiempos, Jerez tenía, poco más o menos, dos mil habitantes.

Fueron muchos los intentos musulmanes por recobrar la plaza. Así, en 1285, el sultán de Marruecos Abu Yusuf pone fuerte cerco a la ciudad, defendiéndose los jerezanos heroicamente, hasta que, agotadas sus fuerzas, dado lo prolongado del asedio y lo recio de la pelea, reunidos en una capilla de la parroquia de San Juan, escriben con sangre de sus venas solicitando pronto auxilio al rey Sancho IV El Bravo, el que consigue levantar el cerco. Desde entonces es conocida dicha iglesia por San Juan de los Caballeros y la capilla en que se reunieran éstos, de la Jura.

En 1314 el caudillo musulmán Abu Zaha, que con su gente corría los campos jerezanos fue igualmente derrotado.

Abu Melik, valí de Algeciras, pone en 1339 cercó a Jerez, demostrándose una vez más el valor jerezano por el gesto del caballero Diego Fernández de Herrera, que conociendo los usos y las costumbres de los contrarios, al haber estado largo tiempo en África cautivo, se disfrazó de árabe e introduciéndose en el campamento musulmán,  muy próximo a la tienda de Abú - Malik, da muerte a dicho caudillo, consiguiendo de esta suerte levantar el cerco si bien a costa de su propia vida. Fue recompensado con el título de libertador del pueblo jerezano con que ha sido conservada su memoria.

Al año siguiente, en 1340, los jerezanos en la batalla del Salado de Tarifa, conquistan el pendón musulmán, que desde entonces sería su bandera y es conocido como Rabo de Gallo.



Pendón de Jerez
Durante el siglo XV continúan los jerezanos obteniendo brillantes éxitos y triunfos.

En tiempos de los Reyes Católicos, Jerez presta igualmente valiosa ayuda en la guerra de Granada con la que finalizaría la Reconquista, interviniendo con sus tropas en la toma de numerosas plazas.

Con la Casa de Borbón, como con los Austrias, la historia de Jerez está íntimamente ligada  a la de España.

Por ello es frecuente al recorrer sus calles encontrarse con nombres gloriosos de sus hijos, como Pedro de Estupiñán, Diego Fernández de Herrera, Alvar Núñez, Cabeza de Vaca, Pedro de Vera, Andrés de Ribera, Luis Coloma, Primo de Rivera, etc; unos, guerreros famosos que conquistaron gloria en el combate con el musulmán, se apoderaron de africanas plazas o exploraron el Nuevo Continente, artistas, escritores o gobernantes insignes.